Los famosos y personajes públicos son muchas veces criticados por saltarse las normas de protocolo en los actos a los que acuden, normas tan sencillas como la de quitarse las gafas del sol al entrar a un recinto cerrado.

Bien es cierto que el protocolo son una serie de reglas de diplomacia que se han establecido y arraigado en nuestra sociedad por costumbre, por lo tanto son normas de educación. Esto no quiere decir que sean pautas obligatorias, pero sí que favorecen las relaciones y la convivencia en sociedad.

Sin ir más lejos, el famoso director de cine español Pedro Almodóvar recibió muchas críticas hace un par de años en la edición de los Premios Goya porque no se quitó las gafas de sol durante toda la ceremonia. Muchos le tacharon entonces de prepotente y de altivo. Una actitud tal puede dar a entender que estás por encima del protocolo, de las normas de educación y del resto de asistentes. Sin embargo, en este caso y en muchos otros, el hecho de llevar gafas de sol en lugares cerrados se debe a una enfermedad que se denomina fotofobia. La fotofobia consiste en una molestia ocular en presencia de luz, y que según el grado de sensibilidad del ojo puede ser más o menos dañina.

En este caso, por ejemplo, cuando se trata de fotofobia, de problemas o infecciones relacionados con los ojos y el sistema nervioso o, por supuesto, de una ceguera, el uso de gafas en interior está justificado, porque tiene un sentido médico. Sin embargo, a veces los famosos utilizan gafas de sol en recintos cerrados con fines que no son estrictamente los de cuidar su salud.

Muchos famosos entran en un lugar cerrado con sus gafas de sol y no se las quitan durante su permanencia allí. Esto puede ser interpretado de muchas maneras, sobre todo si es un personaje conocido el que lo hace. Por una parte puede llevar a pensar que esa persona no quiere mostrar su cara porque está cansada, sin maquillar o tiene ojeras, o simplemente porque le gustan como le quedan y quiere marcar tendencia y crear una moda. En estos casos se trata de una actitud transgresora porque no cumple esas normas de protocolo de las que hablábamos y porque revela un comportamiento rebelde en contra de lo que actualmente en nuestra sociedad se considera “lo correcto”.

En cualquier caso, para explicar este comportamiento podemos recurrir a la lógica en lugar de al protocolo. Las gafas de sol son un objeto que cumple la función de proteger los ojos de la luz, principalmente la luz solar. Por supuesto, también es un complemento de moda, que se utiliza para hacer el outfit los más perfecto y conjuntado posible. Pero si su función primordial es la de proteger los ojos de las radiaciones solares, lo lógico es que las utilicemos en exteriores y lugares en los que la luz de sol incida de forma que pueda ser perjudicial para nuestros ojos. En ambientes cerrados no tiene ningún sentido hacer uso de ellas si nos ceñimos a esto. Asunto diferente es cuando se hace por salud o porque se quiere llamar la atención.

Por eso, aunque algunos famosos se pongan el mundo por montera y aparezcan en ceremonias, desfiles y actos públicos en lugares cerrados con gafas de sol, lo recomendable es quitárselas al entrar al recinto y llevar la cara descubierta para dar una imagen más amigable y de confianza hacia el resto de asistentes.

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